Si te gusta hacer turismo por Barcelona o simplemente quieres conocer mejor la ciudad, la Plaça d’Espanya definitivamente debe ser una de tus principales paradas. Con Montjuïc y el Palau Nacional como telón de fondo, así como la Fuente Mágica y las Torres Venecianas que ofrecen excelentes oportunidades para hacer fotos, esta zona de la ciudad tiene mucho que ofrecer. Más aún, al otro lado de la plaza se encuentra el magnífico edificio de Las Arenas. Desconocido para muchos visitantes a corto plazo o turistas, de hecho es toda una atracción en sí misma. Entonces … ¿qué es exactamente este edificio y qué tiene para ofrecer?
Las Arenas de Barcelona, originalmente construida y utilizada como plaza de toros, es ahora un complejo comercial ubicado en Plaça d’Espanya, lleno de grandes tiendas, restaurantes y cafeterías. Puedes subirte a un ascensor hasta la azotea, donde la vista panorámica le dejará sin palabras: puedesexperimentar una vista de 360 grados de la ciudad y Montjuïc.
Historia
El edificio es una pieza arquitectónica que vale la pena visitar en sí misma. La estructura se usó por primera vez como un ruedo de corridas de toros, lo que explica su impresionante forma circular. Fue inaugurada en 1900 y fue la segunda de 3 plazas de toros construidas en Barcelona, diseñada por Augusto Font i Carreras, que también terminó la fachada de la famosa Catedral de Barcelona. Contuvo a 16,000 personas, pero después de que el parlamento catalán aprobó la prohibición de las corridas de toros en 2010, el edificio fue reconstruido y diseñado posteriormente en un centro comercial en marzo de 2011 por Richard Rogers. La última corrida de toros en Las Arenas, sin embargo, tuvo lugar mucho antes en 1977, dos años después de la muerte de Franco.
¿Qué hay en su interior?
Distribuido en seis plantas, Las Arenas ofrece más de 100 tiendas, un cine de 12 salas, una peluquería, un spa y gimnasio y varios restaurantes y bares.
El primer piso ofrece una sensación casi de mercado con los restaurantes de concepto abierto a ambos lados del centro comercial. La azotea, sin embargo, es donde se revela la verdadera magia de este edificio. Las opciones del restaurante incluyen cocina catalana de alto nivel, cocina japonesa e italiana, cada una con su propia vista panorámica de Barcelona.
Abrassame
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