Situada en el corazón de la Ronda de Sant Antoni, esta fábrica, recientemente renovada de la marca catalana de cerveza Moritz, se ha convertido en un punto de encuentro cultural para Barcelona. El arquitecto Jean Nouvel ha creado un espacio único y polivalente para llevar a cabo actividades relacionadas con la moda, la arquitectura, el diseño y la gastronomía. Tanto si se trata de una experiencia educativa para refrescar tus conocimientos sobre la cerveza como de una simple velada gastronómica, no olvidarás tu paso por la fábrica Moritz.
La Microcervecería
Con tres plantas de altura, la Fábrica Moritz cuenta con una enorme oferta -y ecléctica mezcla- de cosas que hacer. No sólo es una fábrica de cerveza, sino que ofrece una experiencia gastronómica, cultural y de ocio. La zona de la fábrica, que cuenta con la barra más larga de la ciudad, suministra una cerveza excelente, fresca y sin pasteurizar.
Se elabora a diario y es una fantástica fusión de gran tradición y modernidad que permite experimentar de verdad la cerveza de alta calidad. Los amantes de la cerveza pueden llenar sus propias botellas con los mejores productos de Moritz. Se sirve junto a una amplia selección de tapas inspiradas en las cocinas de Alsacia y España.
Bar à vins
En septiembre de 2012 se inauguró en la Fábrica Moritz un elegante bar de vinos llamado «Bar à vins» para aquellos que se inclinan un poco más por una copa de vino blanco que por la cerveza. Pequeño e íntimo, no te dejes engañar por su tamaño, ya que solo puede describirse como una puerta a un mundo de sabores.
Con más de 400 prestigiosos vinos catalanes y franceses disponibles para degustar a un precio asequible, desde espumosos y dulces, hasta tintos, blancos y rosados, transpórtese al paraíso de los amantes del vino.
El Velódromo
Durante tu estancia en la fábrica Moritz de Barcelona, disfruta de una experiencia gastronómica exclusiva en «El Velódromo» con un menú elaborado por el increíblemente talentoso Jordi Vilà. Con una estrella Michelin en su haber, Vilà sabe de buena comida y ha creado una espectacular gama de platos centrados en la cocina catalana con especial atención a la calidad de los productos.
Además de los platos tradicionales, como la crema catalana, se pueden degustar platos a base de cerveza, como la tapa «siscentó» al estilo Moritz, en consonancia con la temática de la fábrica. Abierto a las 6 de la mañana y cerrado a las 3 de la madrugada del día siguiente, ¿dónde más se puede disfrutar de 21 horas de cócteles ininterrumpidos? Por otra parte, ¡siempre hay que empezar el día como se quiere!
M-Store
No te vayas de la fábrica Moritz sin visitar la M-Store, una tienda única dedicada al diseño, que vende artículos de coleccionista. Han desarrollado co-brandings con otras marcas para crear productos ad hoc como Munich, Cooking the Kitchen Company y Vaho, entre muchas otras. Por supuesto, en la tienda también se puede encontrar su merchandising clásico: camisetas de edición especial, carteles vintage y vajillas de marca.
Si de camino de la fábrica a la tienda ya tienes ganas de tomarte tu próxima pinta de cerveza, no temas. Aquí puedes comprar cerveza fresca para llevar, lista para consumir de camino a casa desde la Fábrica Moritz. En esta misma zona se encuentra la fabulosa panadería Triticum, que ofrece una gama de productos artesanos, recién hechos cada día, como su famoso pan Epidor. Posiblemente uno de los rasgos más distintivos de la tienda es que sus productos y su interior cambian cada seis meses.
Si le apetece dar un paseo, pasea y descubre los fascinantes detalles arquitectónicos de la Fàbrica Moritz, uno de los edificios públicos más sorprendentes de Barcelona.
Leave a Reply