Barcelona tiene muchos lugares populares visitados por turistas todos los días, desde la montaña de Montjuïc hasta el Poble Espanyol. Pero, nadie piensa por qué la mayoría de ellos se convirtieron en lugares de interés que se mantienen a día de hoy. Por eso, debemos volver a 1929, cuando Barcelona organizó su segunda Exposición Internacional. En este artículo te explicamos el desarrollo que experimentó Barcelona al prepararse para el escenario internacional. Para ello, necesitamos volver al comienzo del siglo XX, con la capital catalana recién salida del éxito de la Exposición Internacional en 1888, un acontecimiento en el que se construyeron el Arc de Triomf y el Parc de la Ciutadella, dando a la ciudad un importante paso para convertirse en una ciudad europea moderna. Aprovechando este impulso, la ciudad comenzó a planear su próxima Exposición Internacional en 1929.
Orígenes de la Exposición Internacional de Barcelona
El arquitecto local Josep Puig i Cadafalch, propuso la idea de realizar otra Exposición Internacional en 1905, con la idea de centrarse el río Besós, que atraviesa la región de Cataluña. Sin embargo, después de algunas deliberaciones, se decidió que esta exposición se centraría en Montjuïc. Esto se acordó en 1913, con la idea de comenzar en 1917. Desafortunadamente, debido a la Primera Guerra Mundial, esto se retrasó hasta 1929.
Cuando se celebró, unos 20 países se habían inscrito como participantes para representar a sus naciones. Su papel aquí era inspeccionar la innovación de la ciudad, comparar las diferencias de 1888 y ver si se estaba convirtiendo en una ciudad europea moderna. Entre otros, los principales países representados fueron Estados Unidos, Yugoslavia, el Reino Unido y Alemania, así como muchos otros países europeos.
Obras de la Exposición Internacional de Barcelona 1929
Lo que verían los miembros participantes fue un reflejo de lo que podemos ver en Barcelona actualmente. Mostrando cuán modernas fueron las obras de esta exposición para la época, nuestra ciudad ha disfrutado de los frutos de su trabajo durante casi un siglo. Los siguientes lugares son los más importantes que se construyeron para esta exposición:
Plaça d’Espanya
Incluido en los planes originales, La Plaça d’Espanya fue una construcción muy importante para conectar Barcelona con las ciudades cercanas de Llobregat (¡donde encontramos el aeropuerto!). Su construcción finalizó en 1926 y esta estaba inspirada en La Plaza de San Pedro de Roma, con las torres venecianas para replicar el Campanile de Venecia de San Marcos, y el monumento giratorio para simbolizar España, uniendo todas estas influencias.
La Fuente Mágica de Montjuïc
Justo abajo de la Plaça d’Espanya, se encuentra la Fuente Mágica de Montjuïc. Este maravilloso monumento fue terminado en 1929 y provocó asombro entre todos los visitantes, que quedaron impresionados con su espectáculo de luces. Desde esta Exposición Internacional, La Fuente Mágica de Montjuïc se ha convertido en un lugar donde se realizan muchas de las celebraciones importantes de la ciudad.
Teatre Grec
El siguiente fue el Teatre Grec, un teatro al aire libre de inspiración griega, proporcionando muchas representaciones en directo para impresionar al resto del mundo. Fue terminado en 1929 y todavía sigue considerándose como una parte importante de la escena artística de Barcelona.
Estadi Olímpic
En cuanto a estadios, la Exposición Internacional vio la construcción de la sede de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992. Construido en 1927, este estadio fue el segundo más grande en ese momento, con el Wembley original de Londres siendo el más grande. Con un acabado blanco e incluso una torre, este estadio tiene un increíble exterior panorámico hacia la ciudad y la costa. ¡Hoy en día, puedes visitarlo gratis!
Poble Español
Una de las infraestructuras más impresionantes que se construyó para la Exposición Internacional de 1929 en Barcelona, fue el Poble Espanyol. Con unos 600 edificios, este espacio cerrado fue diseñado para dar a los visitantes la oportunidad de descubrir la diversidad española. Con una arquitectura que representa a todas las comunidades autónomas en España, los asistentes podrían comparar el estilo de los edificios vascos, con el de Andalucía, por ejemplo. Este fue un gran éxito y atrae a muchos visitantes hasta el día de hoy, convirtiéndose en otra historia de éxito duradera de la Exposición Internacional de Barcelona.
Impacto de la Exposición Internacional de Barcelona
Esta exposición no solo provocó la creación de los monumentos antes mencionados que le dan a Barcelona su imagen y sensación única, sino que la ciudad mejoró en otras áreas. La plaza de Catalunya se urbanizó, se eliminaron y limpiaron las calles, se hicieron baños públicos, se reemplazó la iluminación de gas por electricidad. Puede haber costado a Barcelona unos 130 millones de pesetas (unos 22841,75 euros), pero sin lugar a dudas inició la modernización que esta ciudad necesitaba.
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